sábado, 31 de octubre de 2009

Y de repente todo cambió...


Sabeis a veces ocurren en la vida cosas impredecibles, son ese tipo de cosas que nadie creería de no haberlas vivido en propia persona. Y no hablo sólo de esos cuatro goles que el Alcorcón (equipo de la 2º B española) le endosó, el pasado martes, a mi tan querido e idolatrado Real Madrid ante la incredulidad de propios y extraños. Se trata de cosas inesperadas, que te pillán de improviso y que de repente cambian tú vida de tal manera que no sabes ni cómo actuar ni qué hacer.

Hoy, se cumple un año de algo que cambio mi vida en su momento de una manera, totalmente, descomunal e improvisada. Nadie, ni siquiera yo, hubiera previsto tal cambio en mi vida, entre otras cosas, porque mi situación y mi actitud frente a la vida, en aquellos momentos, no estaban muy por la labor de aceptar un cambio.

Para todo el mundo (incluido yo mismo) era imposible que yo cambiará mis pensamientos prefijados, desde hace muchisimo tiempo, en una especie de misión imposible que a pesar de ser tan inalcanzable yo seguía empeñado en conseguir. Sin embargo, todo eso que parecía inalterable cambió, aquella mañana de Octubre, en lo que dura un abrir y cerrar de ojos. Una mirada fúgaz pero intensa procedente de unos ojos marrones tuvo la culpa o el honor de acabar con todos esos pensamientos fijos y continuos que asaltaban mi cabeza y llevarlos por completo al baúl de las cosas inservibles.

Era impresionante, un simple gesto habia cambiado por completo mi vida en un sólo segundo. Hasta entonces nunca había pensado que algo tan insignificante podría significar tanto para alguién. Cuando te sucede algo así, no sabes muy bien que hacer, no estas preparado para hacer frente a este tipo de situaciones, reflexionas y te acabas dando cuenta de que tienes dos opciones que consisten: en bien intentar olvidar lo sucedido y seguir con tu vida anterior como si no hubiera pasado nada, o bien apostar por el cambio que se presenta ante ti. Yo decidí apostar por la segunda, sabía que era arriesgado, pero un año después creo que mi decisión fue la más correcta, aunque todo después cambiase.

Fue como si, de nuevo, saliera el Sol en mi vida, por una vez me olvidé del pasado y disfruté como nunca del presente, viví momentos inolvidables, geniales, momentos que de no haber apostado por el cambio no hubiera vivido jamás, momentos que hicieron que me olvidará de todo, momentos que hoy echo muchisimo de menos desde la soledad de mi habitación, momentos que espero y deseo con ansiedad que vuelvan a repetirse.

Si, puede decirse (aún sabiendo de mi poco cariño hacia los números impares) que los 23 fueron muy especiales para mi, diría que fueron maravillosos y la mayor parte de esa calificación hay que atribuiserla a esa mirada inolvidable que hoy recuerdo como si fuera aquella mañana de Octubre de 2008.

Dice el refrán que "cualquier tiempo pasado fue mejor", quizás sea cierto, porque dificilmente se repetirá un año como el que dejé atrás hace 13 días, pero soy optimista con el futuro. Aunque ya sabeis que nunca sabes lo que te puede pasar, un día estas convencido de algo y al siguiente una simple mirada, de unos ojos marrones, puede romper todos tus esquemas sin solicitarte permiso previo. Pero eso es lo que hace que esto que llamamos "vida" tenga tanta emoción, algo que, si os soy sincero, cada día me gusta más.

sábado, 10 de octubre de 2009

¡¡Por favor, no toquen retirada aún!!


Hay quien se empeña en decirme que debo asumir que lo que se acaba, se acaba, y que no existe vuelta atrás, que hay que olvidar y pasar página, comenzar de nuevo. Puede que estén en lo cierto, pero sus opiniones personales son, simplemente eso, opiniones personales.

Aquí el que decide soy yo porque yo soy el único que conoce mis propios sentimientos, el único que conoce el fondo del asunto y el único que juega está partida, que muchos consideran que ya ha terminado. A todos ellos, quiero decirles que lo siento, que han tenido la mala suerte de encontrarse con un cabezota, que no está dispuesto a dar por terminada la partida hasta que se quede sin cartas. Y ese momento, aunque algunos/as lo den por sentado, creo sinceramente que aún no ha llegado.

Mentiría, si dijese que no lo veo complicado de restablecer, pero aún viéndolo complicado no lo veo imposible, asi que, lo voy a seguir intentando hasta que se me diga lo contrario, cosa que aún no ha sucedido. No pienso retirarme en mitad de la batalla sin saber si aún tengo posibilidades de ganarla o no. No pienso pasar página por pasar cuando todavía no he llegado al final de la misma. Eso es algo que no estoy dispuesto a hacer, en este momento, a pesar de que haya quien intente convencerme de lo contrario.

Tengo la esperanza y la convicción de que puedo revertir la situación por muy estancada que se encuentre ahora. No tengo ninguna receta ni fórmula mágica para conseguirlo, simplemente, cuento con mis ganas y deseos de reconquistar lo aparentemente pérdido en un abrir y cerrar de ojos.

No hay día que pase en que no sueñe con ello y por una vez quiero que ese sueño termine en realidad. Nunca antes he deseado algo con tantas ganas como esto, algunos aún no se lo creen y piensan que es algo que se me acabará pasando como tantas otras cosas, pero esto es diferente, muy diferente, está vez lo que siento es totalmente irrefrenable, supera a todo lo que haya vivido antes. Sólo por eso merece la pena intentar cambiar el presumible "no" por un rotundo "sí", como única respuesta posible a la pregunta clave.

domingo, 4 de octubre de 2009

¿Qué fue de los buenos?


Que diferente es la realidad de la ficción ¿no creeis? Creo que ya me había dado cuenta hace bastante tiempo pero ultimamente es como si lo tuviera más presente. Todo el mundo se queja de que en la mayoría de las películas nunca gana el malo porque siempre es el chico bueno el que lográ el éxito, el que se lleva a la chica, el que triunfa sobre el miedo, el que salva al mundo de la destrucción... Eso es lo que pasa (o más bien pasaba) en la ficción. Pero no sé porque desde hace un tiempo tengo la sensación de que en el mundo real, en el mundo de las personas de carne y hueso son los malos de la película los que se reparten el pastel y se mofan del bueno como si fuera un tipo de otro planeta que no sabe de que va este mundo.

Es como si unicamente una minoría (o ni siquiera eso) valorase la bondad humana, la ayuda al desvalido, la generosidad, el dar a cambio de nada. Todo eso se ha perdido y nadie sabe cómo ni por qué ha sucedido, aunque creo que la mayoría ni se ha dado cuenta ni le importa. Todo ha cambiado, ahora reina el egoísmo, la competencia, la prepotencia, la mezquindad, el lujo y la ambición. En definitiva, el "salvese quien pueda" y el principio maquiavélico de "el fin justifica los medios".

Algunos señalan que ha sido la sociedad capitalista, la sociedad del consumo y de la competencia la que nos ha llevado a esto. Pero, se trata de algo más, se trata de una clamorosa pérdida de valores, una pérdida de respeto, de educación y en general de dignidad. Se busca el triunfo y el éxito rápido aunque para eso tengas que eliminar a otro de tu misma condición, todo parece dar igual, lo importante es presumir de que tú tienes más que nadie, de que eres el rey del mundo (o al menos eso piensas), da igual que con tus acciones hayas herido a alguién porque no piensas preocuparte de él, no piensas mirar atrás apra arrepentirte y pedir perdón, eso ya no se lleva. En eso se ha convertido este mundo, en un mundo donde los malos sólo pueden perder contra aquellos que sean más malos que ellos. Sólo la ley del más fuerte es la que impera y nada que se salga de eso importa.

Hace 3 años recuerdo como un profesor de Derecho Mercantil le decia a un compañero mio: "En esta vida sino te adelantas los demás te pisan, asi que o pisas o te pisan". Y saben, tenía mas razón que un santo. En esta vida, nadie te concede una segunda oportunidad, sino no aciertas a la primera estás muerto, te fulminan, te apartan de su vida y te buscan un sustituto que sea menos inocente y buenazo que tú. Ni siquieran, se molestan en darte una explicación o en decirte adios de forma educada, simplemente te enseñan el camino de la puerta sin importarles lo más mínimo que quizás se hayan equivocado en su decisión.

Simplemente, ahora se busca otro pérfil en lo profesional, en lo personal, en todos los terrenos de la vida el bueno ya no está de moda, ahora lo que se lleva es el chico/a malo, el que para muchos antes era el insolente, mal educado y sinvergüenza y que ahora se ha convertido en el único modelo de alcanzar las mieles del éxito y la fama. Porque eso de ser un buenazo es tradicional, arcaico, conservador con eso ni se triunfa ni se va a ninguna parte, eso ya no es acorde con la sociedad actual, eso como se dice ahora ya no le mola a nadie, ni a las chicas ni a los chicos.

Si, se acabaron aquellos tiempos en el que los vaqueros siempre ganaban a los malvados comanches o los humanos derrotaban a los vampiros. Ni siquiera es tiempo para los superhéroes. Ahora, los papeles se han cambiado, ahora los malos ganan en la vida real y hasta en la ficción, parecia imposible pero se ha convertido en realidad.

Si ya sé que algunos de vosotros me direis, pero es que yo soy un buenazo, un inocentón, uno de esos que creen que podrán tener una segunda oportunidad, uno de esos a los que le han educado en el respeto por los demás, en la ayuda a los que más lo necesitan, uno de esos que se levanta en el metro para dejar su asiento a la embarazada o anciano de turno, uno de esos que sujeta la puerta al que lleva muletas o que ayuda a las señoras con las bolsas de la compra cuando vienen muy cargadas. ¿Y ahora qué? me preguntareis, pues ahora queridos amigos eso ya no se lleva. Si, sé que estareis pensando que estoy loco, pero antes de pensar eso mirad a vuestro alrededor cualquier día de vuestra vida y acabareís por darme la razón. Sólo nos (porque me incluyo) queda resisitir y esperar un milagro. El milagro de que algún día nos demos cuenta de que nos hemos equivocado, de que hemos cometido un error y de que es necesarios que todo vuelva a la normalidad, que los buenos vuelvan a ganar a los malos en las películas y en la realidad.

Hasta ese momento, algunos hemos decidido poner en cuarentena esa frase que un día nuestra madre nos decia (y nos siguen diciendo) cuando alguien nos hacia algún daño. Esa que decia que: "Hay que ser bueno pero no tonto" y que, actualmente, está en entredicho , simplemente, porque ahora ni se puede ser tonto ni se puede ser bueno. Y como lo seas date por fracasado y por acabado por mucho que te empeñes en demostrar lo contrario. Nadie te va a valorar ni recompensar tú bondad. Que cosas tiene la vida...





jueves, 1 de octubre de 2009

La moda del mentiroso


Son las 3.39 horas de la madrugada del ya jueves 1 de Octubre. Si ya sé que es tarde, pero es necesario que escriba estas líneas antes de irme a la cama para, seguramente, no dormir impactado por lo que acabo de observar. Pero no se preocupen porque no soy el único que sufre de insomnio, al igual que yo también hay algún que otro nocturno que se ampara en la noche para actuar con total impunidad cuál Bellido Dolfos del siglo XXI.

Si, ahi está intentando hincar el diente al plato que le quedaba porque él nunca fue lo suficientemente modesto, humilde y pobre como para conformarse con uno, sino que si son dos o tres pues mejor que mejor, asi son estos tipejos venidos a más por su simple egocentrismo que hoy te dicen que todos es maravilloso y estupendo y al otro día si te he visto no me acuerdo. Es su ley de vida, han nacido para seducir, para engañar, para estafar, para aparentar, para hacerse los importantes, para persuadir y para traicionar y atacar sin remilgos ni prejuicios a quienes se encuentren por el camino.

Para ellos no hay límites sólo conocen la ambición. Son la carroña que ni los buitres (aunque algunos pican) desean, pero que ahi están triunfando y vanagloriandose de sus repetidos éxitos diurnos y nocturnos, porque sólo les queda eso, sólo les queda su mentira. Pero, por favor, señores carroñeros, sean precavidos y no se descuiden demasiado porque ya saben aquello de que "se coje antes a un mentiroso que a un cojo" y el refranero popular no suele equivocarse.

Y ahora me voy a la cama a seguir pensando sobre este hecho tan inesperado que acabo de presenciar ante mis propios ojos. Nunca lo hubiese esperado pero, ya saben, a veces cuando menos te lo esperas ocurre algo sorprendente que lo cambia todo. Esto no llega a cambiarlo todo pero si que lo altera lo suficiente como para preocuparme. Ultimamente no gana uno para disgustos, a ver si estamos de suerte y cambia la racha, más que nada porque necesito dormir mis 8 horas diarias que uno ya se está haciendo mayor jeje.