sábado, 29 de agosto de 2009

Tú... Siempre tú


Estoy totalmente convencido de mis opciones en esta carrera que, poco a poco, se acerca al final. Tengo toda mi ilusión puesta en conseguir el premio final, ese que llegué a rozar con mis dedos pero que un día vi, preocupado, como se alejaba sin remedio. Sé que este es el momento adecuado, es el momento de dar un paso al frente y por eso sigo apostando por ti, eres mi caballo ganador, la luz que debe guiar mis pasos hacia el éxito o el fracaso, eres lo que necesito y no pienso rendirme hasta que no me obligues a hacerlo.

Pero, mientras está carrera se dirime, mientras el tiempo y la naturaleza van poniendo las cosas en su sitio, mientras todo sigue su curso, necesito que me envies una señal que me invite a seguir en la carrera, que me impida desfallecer, que mitigue mi cansancio y que me sirva como estímulo para vencer. Espero que lo pienses y me la ofrezcas sin más demora. Debes comprender que me estoy jugando mucho, que puedo ganarlo todo o perderlo todo, pocas veces he asumido este riesgo, pero está vez es diferente, está vez el premio lo deseo con todas mis fuerzas, lo quiero para mi, lo quiero para el resto de mis días.

Si, soy un maldito egoísta, pero está vez no puedo ser generoso con los demás, si quiero ganar tengo que seguir adelante sin preocuparme por nada ni nadie. Mi mente sólo se centra en conseguir el triunfo final, en llevarme de una vez por todas el premio al que tantas veces opte y que tantas veces perdí. Y ese premio no puede ser otro que tú. Tú que estás ahi pensando, con esa indecisión, sin saber qué hacer, sin saber si ir con los buenos o con los malos, si apostar al rojo o al negro, si marcharte o quedarte... Si, te lo digo a ti, porque eres tú a quién más necesito que me acompañe en mi carrera final.

Cuento contigo, no me falles, porque si lo haces romperas mis ilusiones, mis esperanzas y mis sueños y puede que no lo creas, pero, casualmente, en todos ellos apareces tú.... Siempre tú.

viernes, 21 de agosto de 2009

El optimismo como solución...


No recuerdo un jueves de verano tan aburrido como el de hoy. He tenido uno de esos días en los que la inactividad se apodera sin remedio de tí y acaba por cambiarte el ánimo y el humor hasta bajarlo a - 20º. Sólo Usain Bolt y su récord del mundo en los 200 metros lisos en el Mundial de Atletismo de Berlín me han hecho levantarme del sillón durante 19 segundos y 19 centesimas que es lo que ha tardado el jamaicano en cruzar la meta. Pero eso no ha sido suficiente para amenizar mi tarde.

Y es que durante esta tarde de jueves he vuelto a ser presa de eso que tan poco me gusta y que se conoce con el nombre de soledad. La verdad, es que nunca acabaré por acostumbrarme a ella y eso a pesar de que ha sido mi compañera de viaje en más de una ocasión. Dicen que siempre es bueno estar sólo durante algún tiempo, porque eso te ayuda a reflexionar, a pensar sobre uno mismo, sobre el presente y el futuro, en definitiva, sobre la vida. Pero yo no acabo de apreciar esa faceta tan singular de la soledad, es más la odio, la desprecio cada vez que me doy de bruces con ella.

Lo más probable es que mi sentimiento de rechazo hacia la tan mal traida soledad tenga su origén en que es ella la que suele sacar a flote mis debilidades más profundas. Es ella la que me hace dudar, la que genera en mi desconfianza y pesimismo y la que me convierte en un tipo inseguro y vulnerable. Por eso, la respeto tanto y tengo miedo de que termine por acomodarse en mi casa y se resista, después, a salir de ella.

Hoy, he vuelto a sentir ese miedo por unos instantes, quizás fruto del aburrimiento o quizás como resultado de la confusión que me invade ultimamente, pero está vez la reacción ha sido diferente, está vez no me he conformado con su eterna compañia sino que he acompañado a la soledad hasta la puerta para despedirla prematuramente de mi casa. Y lo mejor de todo es que al otro lado de la puerta me esperaba una visitante más de mi agrado, con la que espero compartir mejores momentos. En principio parece ser que es una chica que se caracteriza por ser más alegre, sonriente, divertida y con una actitud bastante más positiva frente a la vida. Por cierto, se me olvidaba comentaros su nombre, sino recuerdo mal... se llamaba optimismo.








martes, 18 de agosto de 2009

Sencillamente, ¡Vete a la mierda! (Parte II)


Como lo prometido es deuda y yo no quiero ser un moroso, hoy, terminaré con lo que empezé ayer y continuaré con el relato sobre mi enemigo. Saben, la verdad es que durante todo este tiempo me habia olvidado de que exitia pero el domingo volví a encontrarme con él sin comerlo ni beberlo. Toda una mala suerte, no creen? porque ello me llevó a recordar cuantas veces me he sentido mal por sus acciones y por su actitud, siempre despreciativa y chulesca hacia mi, aunque intentará simular su humildad y buenas maneras en público.

Sin embargo, no lo odio ni lo considero mi enemigo por ese motivo, porque no sólo él tiene esa actitud frente a la vida y sigue ese lema maquiavélico de conseguir el fin sin importar los medios utilizados para alcanzar el mismo, ni siquiera aunque esos medios incluyan los sentimientos de otras personas. Desde siempre supo jugar, más veces sucio que limpio, para ganar sin importarle quién pudiera quedarse en el camino. No, no es mi enemigo por eso, porque como él existen muchas personas en esta vida, sino que es mi enemigo por su facilidad, por su pericia para estar, siempre, allí donde no le han llamado y que casualidad en ese lugar siempre se han encontrado mis intereses en juego.

Lo peor es que esta vez el interés en juego era y es algo que realmente quiero con todas mis fuerzas y que espero que sea muy importante para mi en un futuro más próximo que lejano, por eso me molestó tanto enterarme de sus pretensiones, porque sé que su intención no era buena, simplemente él y sus secuaces querían anotarse otro tanto más en su carrera. Sí, ya sé que quizás este siendo un poco duro, pero es lo que siento que tengo que decir en estos momentos, quizás me este dejando llevar por el rencor, por la rabia e incluso por los celos que han minado, en más de una ocasión, mi propia confianza y mi autoestima y me han hecho sentir como un auténtico perdedor al que nadie tenia en cuenta.

Pero eso es pasado, ahora sólo tengo en mente luchar por lo que quiero con todas mis fuerzas, pero antes de emprender este camino quería despedirme y tener un último recuerdo para el que ha sido mi enemigo durante estos fabulosos años de mi vida y decirle (aunque él ya lo sufre) que el tiempo nos pone a cada uno en su sitio a pesar de que nos resistamos a qué eso ocurra, pero, así son las cosas, cada uno recoge lo que siembra y tú en algunos campos no sembraste bien.

Y ahora me despido de ti para olvidarte y dejarte allí adonde estabas antes del domingo, en la plena y absoluta indiferencia y de la que te aseguro que no volverás a moverte si de mi depende. Si... este es un adios definitivo, asi que dejame decirte por última vez: ¡Vete a la mierda!

lunes, 17 de agosto de 2009

Sencillamente, ¡Vete a la mierda! (Parte I)


Esta frase tan poco habitual en mi, y todos los que me conocen algo pueden dar fe de ello, se la dedico ,esta noche, a mi querido enemigo. Si señores… aunque parezca mentira hoy se ha ganado un post (o quizás dos) en mi blog por su buen hacer en ese oficio que lleva practicando, hace algunos años, que consiste básicamente en joderme la vida cada cierto tiempo.


Pero... ¿Qué sería de nuestra vida sin enemigos? Supongo, que sería mucho más aburrida, porque éstos, quieras que no, por mucho que te fastidien la existencia dan emoción a tu día a día, por ejemplo, que un día estás muy contento por algo, pues de pronto te dan una noticia sobre tu enemigo y dependiendo de si te favorece o no te lo alegran más o te lo hunden en seco. La verdad es que siempre prefieres lo primero pero a mi me ha pasado más lo segundo, por desgracia para mi. Eso mismo me ha pasado hoy, de una conversación aparentemente sin sentido me he enterado de una cuestión que yo sospechaba más o menos (pues alguien ya me aviso), pero cuya confirmación me ha sido facilitado por mi interlocutor que con total desconocimiento del tema, ni siquiera se ha dado cuenta en lo mal que he recibido la noticia. Tan mal me ha sentado que estoy aquí escribiendo este post con el mayor de los odios posibles hacia este “personaje”.


Pero seguro que os estaréis preguntando ¿Y quién es él? Pues él es uno de esos tipos altivos, prepotentes desde la cuna, que te miran por encima del hombro, que se ríe y habla de ti por detrás, porque suelen ser un poco cobardicas, y que tiene dos misiones en la vida: la primera intentar desprestigiarte y humillarte en público y hacerse el machote y el fuertote, especialmente delante del sexo femenino, porque claro él va a la moda y tú no. Y la segunda misión e igual de esencial consiste en “aparentar” lo que no es, tal cual hidalgo en el Lazarillo de Tormes y aquí entran las diversas modalidades que puede conllevar el término como pueden ser: aparentar ser más listo que tú, que tiene más dinero que tú, que es más “progre” que tú, que es más generoso, solidario y amable que tú, que es más popular y guapo que tú, en definitiva, que él es el rey en todo y que tú eres un mindundi que nunca le llegarás a la suela de sus zapatos, entre otras cosas porque él está convencido en qué él es alguien insuperable, único en el mundo y eso no se lo puede discutir nadie.


Así es mi enémigo, uno de esos tipos que desde el primer día en qué lo conoces se te atraviesa, porque sabes que no es una persona clara, sincera, que lleve buenas intenciones y que tú y él os vais a llevar muy mal irremediablemente, principalmente, porque sois totalmente diferentes en cuanto a personalidad y porque tanto uno como otro compartís oficio, espacio fisico, y, lo peor de todo, compartís unos objetivos comunes muy claros, algo que tú enémigo no dudará en arrebatarte en cuanto se le presente la ocasión, pues no hay mejor satisfacción para alguien así que ver como sufres cuando te quita lo que más quieres en ese momento. Algo en lo que, debo decir, mi enémigo, por el momento, ha errado pero se espera que lo intente alguna que otra vez más en próximas fechas. Él es así, incansable en sus fechorías, se aprovecha sin piedad de tus debilidades con tal de que tú estés orgulloso de tenerle como un buen enémigo. Algo que, sin duda, es de agradecer.


Y una vez descrito al protagonista de mis desdichas, falta por explicar porque lo odio tanto en estos momentos. Pero eso, si me permitís, lo dejaremos para el siguiente post de este serial que escribiré mañana porque hoy me muero de sueño, algo raro en mi ultimamente, pero parece ser que Morfeo ha aparecido en el momento más inoportuno. Lo siento, pero las cosas, a veces y solamente a veces, no salen como uno se las propone.

jueves, 13 de agosto de 2009

Dudas y más dudas...

En esta noche de lluvia de perseidas en la que muchos, ahora mismo, están pendientes en su ventana, en el campo o en la playa de avistar esa estrella fugaz a la que pedir su deseo a mi me han entrado las dudas. La indecisión ha vuelto a aparecer en mi camino, como de costumbre, con la intención de ponerme difícil las cosas. Es como si hubiese llegado al final de un único camino que se bifurca en tres direcciones y que me obliga a escoger una sin saber muy bien si esa es la correcta.

Llevo ya un tiempo parado en el centro de ese camino sin saber por dónde continuar. No me decido, cada día cambio mi preferencia y rectifico mi decisión, no veo clara ninguna de las opciones. Se trata de un problema de seguridad, de decisión, de riesgo, de incertidumbre que no acabo de resolver. Lo peor de todo es que el tiempo juega en mi contra, no me queda mucho para tomar la decisión, y siento que la presión es cada vez mayor. Siempre necesite sentirme seguro, tener controlado lo incontrolable, de encontrar la certeza en la incertidumbre pero está vez ocurre todo lo contrario y tengo dudas, muchas dudas.

Por una vez tengo dudas de si elegir lo seguro, lo correcto, lo que muchos elegirian si estuvieran en mi posición es lo mejor para mi presente y mi futuro. Está vez pienso en qué podría arriesgarme, en no apostar sobre seguro, en jugarmela, en hacer algo totalmente distinto a lo que todos piensan que voy a hacer. Pero, y si me equivoco, y si todos tienen razón y lo seguro es la mejor opción. Como se puede comprobar soy un auténtico mar de dudas que no sabe muy bien qué hacer, qué decidir, lo único que sé es que sólo yo puedo solucionar esas dudas, nadie puede hacerlo por mi, y que el tiempo pasa sin detenerse con total indiferencia a mi indecisión.

Quizás está vez me deje llevar por la inercia y la improvisación, quizás me equivoque y tome la dirección menos acertada, quizás está vez sorprenda con mi decisión o quizás la suerte me lleve a última hora a escoger la opción más correcta. No sé sabe como acabará esta historia, porque ni siquiera el que la escribe sabe como empezarla. Y es que las dudas no dejan de recorrer mi mente en una noche en la que los deseos y sueños por cumplir de mucha gente están puestos en las estrellas fugaces que recorren, a estas horas, el cielo de este ya 13 de agosto de 2009 que apenas acaba de comenzar.

martes, 11 de agosto de 2009

Alcatraz cumple 75 años


La prisión de Alcatraz, situada en la isla de Alcatraz, junto a la bahía de San Francisco (California) fue, en su momento, una de las cárceles más seguras y famosas de los Estados Unidos en la que importantes gángsters fueron encarcelados por sus múltiples fechorias.

Por ella paso el conocido Al Capone que llegó a la prisión en 1934 poco despues de su inauguración en agosto de ese mismo año permaneciendo allí durante cinco años en los que tras contraer una sifilís terciaria que le provocaría su ingreso en la enfermeria de Alcatraz fue puesto en libertad un 16 de noviembre de 1939. Otro de los presos más famosos de la cárcel estadounidense fue Robert Stroud, más conocido como el "hombre pájaro de Alcatraz", cuya historia fue llevada al cine y a la literatura con éxito. Stroud permaneció 17 años en está prisión, seis de ellos en un módulo de segregación y su gran afición era la crianza de pájaros que después ponia a la venta, de ahi su apodo carcelario.

Alcatraz fue primero un fuerte y una prisión militar, para convertirse en agosto de 1934 y hasta 1963 en una penitenciaría de máxima seguridad. La fama de la seguridad de Alcatraz le viene por el hecho de encontrarse en una isla y que todo el que quisiera fugarse tuviera que nadar por las frías aguas de la bahía, expuesto a sufrir una hipotermia o un ataque por parte de tiburones. No obstante, aunque se intimidaba con la situación de los tiburones a los reos, se ha comprobado que estos son sumamente inofensivos.

Esta prisión fue la más segura en su tiempo; pero se sabe que, un 11 de junio de 1962, tres reos: Frank Morris, John Anglin y Clarence Anglin se escaparon de ésta. Sin embargo, nunca más se supo de ellos, por lo que no se sabe si lograron escapar o murieron en el intento en la aguas de la bahía. Los tres condenados hicieron cabezas de roca con pelo real (robado de la peluqueria de la prisión) con las que simularon su presencia en las celdas y utilizaron cucharas de metal con las que excavar un socavón en las rejillas de aire de sus celdas. Salieron por dichas rejillas de ventilación, llegando por un conducto a la parte de arriba de la prisión consiguiendo, finalmente, salir por las chimeneas del tejado desde dónde accedieron a unas balsas salvavidas que ellos mismos habian fabricado con unos impermeables que previamente habian sustraído. La aventura de estos tres presos se llevó al cine en la película "La fuga de Alcatraz" protagonizada por Clint Eastwood en el papel de Frank Morris.

Se cuenta que a la semana siguiente de su fuga se encontraron pertenencias suyas en la bahía de San Francisco y que huyeron hacia la Isla Ángel, en sentido contrario a la costa de San Francisco con la intención de despistar a las autoridades que salieron en su busqueda.

Un años despues de está fuga la prisión fue cerrada un 21 de marzo de 1963 por decisión del Fiscal General Robert F. Kennedy debido al alto coste de su funcionamiento en relación con otras cárceles (casi 10 dólares por preso al día, a diferencia de 3 dólares por preso al día en Atlanta). Además, medio siglo de saturación de las aguas saladas habían erosionado gravemente los edificios, y la bahía estaba siendo muy contaminada por las aguas residuales de los aproximadamente 250 reclusos y de las familias del personal de la prisión en la isla. La cárcel de Marion en el Estado de Illinois seria la encargada de reemplazar a Alcatraz tras su inauguración en ese mismo año.

Hoy, 75 años después de su apertura como prisión federal, Alcatraz, la que fuera la cárcel más segura y temida de Norteamérica se conserva como elemento turístico, formando parte de la Golden Gate National Recreation Area en San Francisco y todo el que lo desee puede recorrer sus muros y dependencias por unos 25 dólares. Sin duda, una oportunidad excelente de conocer una prisión que durante casi tres décadas albergó en ella a los criminales más peligrosos y sanguinarios de Estados Unidos.


miércoles, 5 de agosto de 2009

La paciencia del "elegido"


Decisiones, decisiones y más decisiones eso es lo que tomamos día si y día también en esta vida marcada por lo que decidimos. Es tan dificil saber elegir bien, es tan dificil no equivocarse, es tan corta la distancia que separa el acierto del error que es, absolutamente, normal que tengamos cierto miedo a tomar decisiones. Pero, en realidad, lo importante no reside en elegir bien o mal sino, más bien, en ser el elegido, eso si que es realmente complicado porque depende tan poco de uno mismo que acaba por desesperar, incluso, al más paciente. No obstante, todo se reduce a una cuestión de tiempo porque tal y como dijo, el filosofo francés, Jean Jacques Rousseau: "La paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces".